Las autoridades en salud indicaron que las mismas medidas de bioseguridad que usan para la COVID-19, se pueden emplear para la viruela del mono o viruela símica.
«Voy a reiterar que las medidas biosanitarias que utilizamos para la COVID son perfectamente aplicables para la viruela del mono», dijo la secretaria de Salud de la Gobernación, Daysi Rocabado en conferencia de prensa, de este modo recomendaron mantener la protección, tal cual se la hace contra el coronavirus.
Por eso recomendó el uso obligado de barbijos, principalmente donde hay mayor carga viral. Puso de ejemplo el transporte público y lugares de poca ventilación. El lavado frecuente de las manos es otra de sus recomendaciones, y el distanciamiento social, ya que la viruela del mono también se puede transmitir por las gotas de saliva que uno expulsa al hablar, toser o estornudar. «Hay que evitar cualquier acercamiento físico como los besos, apretones de mano, no sabemos si las personas están iniciando un brote porque la viruela del mono, tiene un periodo de incubación de entre 3 y 21 días», explicó.
Del mismo modo, el jefe de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (SEDES), Rubén Castillo, indicó que un nuevo caso sospechoso de viruela del mono se presentó, se trata de un hombre de 33 años y están analizando la enfermedad. Del cuarto caso, aún no se tienen los resultados.
Respecto a la COVID-19, Rocabado manifestó que el personal de salud y toda la población está enfrentando un desafío, ya que se debe proteger de las dos enfermedades y recomendó no exponer a niños ni a personas de la tercera edad a festividades con gran aglomeración de gente como la de Urcupiña. «Les pedimos, por favor, evitar dar la mano, evitar acercarse, darse abrazos», recomendó.
Castillo explicó que, aunque hay un descenso en los casos del 29%, hubo cinco fallecidos recientemente, de los cuales dos son del municipio de Cochabamba. Se trata de dos varones de 55 y 86 años, reportados por el IDIF, ya que murieron en su domicilio y tenían el esquema de vacunación incompleto. En Colcapirhua, murió en un hospital una mujer de 81 años y no tenía ninguna vacuna. En Punata, falleció un hombre de 99 años y en Aiquile un varón de 83 años, ambos sin vacunas. De los 14 fallecidos de la quinta ola, 60% tenía dosis incompletas y 40% no tenía.
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