Argentina, pese a que Lionel Messi lució apagado, quedó matemáticamente clasificada al Mundial de Catar 2022 al empatar sin goles con el clasificado Brasil, sin Neymar, y gracias al triunfo de Ecuador ante Chile, en un partido gris y trabado, de mutuo respeto y pierna fuerte por la clasificatoria sudamericana.
Ante unos 25.000 aficionados presentes en el estadio del Bicentenario de la ciudad de San Juan), el encuentro se planteó como una lucha en el medio campo con escasas situaciones de gol por la fecha 14, cuando faltan disputarse sólo 12 puntos en la serie.
Ambas escuadras tienen un partido pendiente por la suspensión del choque en Sao Paulo en septiembre pasado a causa de la invasión al campo de juego de inspectores anticovid-19.
Presión, lucha y nervios
Sin Neymar, la Verdeamarilla apostó a desequilibrar en ataque con las diabluras de Rapinha, la fresca irreverencia de Vinicius o el poder de fuego de Matheus Cunha. Pero las incursiones ofensivas fueron escasas.
La manera natural que tenía Argentina para romper las sólidas líneas defensivas brasileñas estaban en los pies de Messi, Ángel Di María y Lautaro Martínez. Pero Messi lucía apagado. Encaprichado en sacarse de encima las marcas y condenado a perder la pelota.
Las claves de un partido sin brillo fueron los cerrados esquemas de control y presión ordenados por los DT Tité y Lionel Scaloni.
La dinámica de los equipos fue jugar a puro nervio, sin tomar riesgos, con pierna fuerte, a no dar ni un centímetro de ventaja. Un mutuo respeto que no podía alumbrar otra cosa que un espectáculo enredado y gris.
Al final, el 0-0 marcó el destino el fútbol en San Juan, en el retorno masivo del público al escenario y la Albiceleste que ya está en Catar.

AFP